Alertanavia

Un equipo de barrio con mentalidad profesional

La plantilla del Alertanavia de Preferente se nutre de futbolistas vigueses. La mayoría de ellos pasaron por las categorías inferiores de un «club de barrio» que cuenta con más de 300 deportistas distribuidos en 17 equipos y que van desde los tres a los 34 años. Al frente de la coordinación de la base está Andrés Calderón, que tras su paso por equipos como Atlético de Madrid, Getafe o Pinto, volvió a casa hace tres años para afrontar un proyecto ilusionante en su ciudad.

Calderón define a la entidad como «particular». Lo es en la medida que aunque es un club «muy reconocido en la ciudad, que todo el que es de Vigo conoce desde pequeño», a nivel de presupuesto no cuentan con los recursos de los que pueden presumir otros equipos. Aparte de no disponer de campo propio, algo que les condiciona. Su éxito se basa en «la familiaridad, conseguir grupos unidos con entrenadores que llevan mucho tiempo» ligados al Alertanavia.

Cuando a Andrés le ofrecieron sumarse al proyecto fue como preparador físico, labor que había desarrollado mayoritariamente a lo largo de su trayectoria. Pero el puesto de coordinador de la base estaba vacante y se lanzó. «Tenían la ambición de crecer mejorando la formación y manteniendo los valores con los que ya contaban», expone. Esa filosofía que imperaba en el club antes de su llegada se basa en «trabajar con los chavales primero como personas, que se diviertan y disfruten sabiendo que el 90 % no serán profesionales, por decir una cifra baja».

Los objetivos que se marcan en las categorías de base son que los futbolistas adquieran una disciplina deportiva y hábitos saludables y de higiene, que mejoren comportamientos y aprendan a asumir responsabilidades. «Con esa base empezamos a introducir elementos para que sean mejores futbolistas. Lo primero es que haya buena relación entre todos, que disfruten, que aprendan, y como objetivo secundario, competir en las categorías más altas porque aprenden más y son mejores», señala.

Considera Calderón que poco a poco están cumpliendo las metas que se propusieron a su llegada. «Hay muchos cambios que se ven poco a poco. Es lógico que al principio tienes muchas ideas que parece que puedes realizar en dos días y la realidad te demuestra que tienes que ir despacio», detalla. Entre los avances están la creación de una escuela de porteros o la implantación de una metodología que rige para todas las categorías. También se ha potenciado la implicación de los padres con reuniones orientadas a que puedan saber «en todo momento cómo se trabaja en el club y cómo va la formación de sus hijos».

La experiencia de Calderón en clubes profesionales le ha servido para aplicarla en Navia, salvando las distancias. «Primero tienes que observar lo que hay y qué posibilidades tienes de adaptar cosas. Intentamos acercarnos al máximo a la profesionalidad», desgrana. Pero sin olvidar que son un club humilde donde los niños van sobre todo a pasarlo bien y disfrutar con un deporte. «En un equipo profesional vienen buscando ser futbolistas de mayores, aquí buscamos otras cosas de las que no debemos olvidarnos», recalca.

El mayor orgullo del club es que pueden encontrar un equipo cadete donde el 60 % de los chavales llevan jugando juntos en el club desde que comenzaron. Y esta tendencia se mantiene en buena medida en el primer equipo. «Nuestra forma de hacer las cosas empuja a los niños a seguir aquí, y eso que no todos los conjuntos compiten en la máxima categoría», subraya. Pese a ello, es frecuente que los futbolistas prefieran quedarse con su grupo de amigos y en el ambiente familiar que se respira en el Alerta antes que buscar subir un escalón en lo deportivo. En Preferente son uno de los dos equipos cuyos jugadores no cobran, su realidad demuestra que pesan más otras cosas.

Fuente: La Voz de Galicia

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